domingo, 20 de abril de 2008

LA TONTUNA PEPERA

Si algo tengo claro desde mi llegada a Madrid, es que cada vez le tengo más asco al PSOE y sus poderes fácticos, y el PP me cae más gordo aún que el día que Rajoy hizo de su tick nervioso su signo de identificación más llamativo en los mítines electorales de 2008, en contraste con el inteligente índice arqueado de Zapatero, postrado sobre la ceja derecha.

También tengo la sensación de que cierto tramo de la Transición se está repitiendo, pero al revés. Si en 2000 el PSOE celebraba un Congreso -del que salió ZP- ante la irrefrenable crisis, ahora es el PP el que ha fijado junio de este año como mes para la elección de un nuevo líder. Está casi claro, al alcance de cualquier lector audiovisual diario de la actualidad, que de ese Congreso saldrá 1 de los siguientes: Gallardón, Rajoy o Aguirre. Durante esta semana he mantenido una encuesta en el portal de mi blog en la que Gallardón era el elegido para ganar ese Congreso, seguido de cerca por Aguirre, y con un único voto a Rajoy. No voy a ponerme a analizar los resultados, porque para empezar no sé el perfil de los participantes para poder sacar una conclusión que me ayude a vaticinar el resultado real que se avecina.

No obstante, el titular de El País esta mañana, periódico que como todos los domingos y como los demás diarios, he ojeado en el quiosco de prensa más cercano a mi casa, me ha dicho mucho sobre la actual lucha de liderazgo en el todavía principal partido de la oposición. La portada de Pedro J. me ha ayudado a refrendar esa revelación. Al PSOE no le interesa que Aguirre entre a liderar el partido, como tampoco le interesaría que Aznar retomara las riendas súbitamente, de un día a otro. Le interesa, pese a las críticas de xenofobia y racismo contra el mismo Rajoy en su campaña electoral, que el gallego vuelva a liderar, ante una eventual caída de popularidad del soso y plano dirigente popular, un partido que bajo ninguna circunstancia puede someterse a una liberal como Esperanza Aguirre. Y no le interesa porque Aguirre sería entre los 3 candidatos del PP la que más votos recabaría entre las bases votantes debido a su competitividad con los discursos de sirena de Zapatero.

Mucho me temo, no obstante, que no será Aguirre la que alcance la cabeza de los populares en junio. Y no es porque la estrategia de El País vaya a ser insuficiente (que lo será), sino porque en esta última semana Losantos ha tenido unos monólogos de los más duros que jamás ha recitado, unos discursos en forma de jarra de agua fría para despertar a las bases populares que por miedo a involucrarse directamente en las disputas madrileñas no se quieren dar cuenta de lo cerca que tiene Gallardón el logro del liderato del Partido Popular, en junio.

Pero no vamos a hablar de eso. Vamos a hablar de esa justificación por la que Rajoy haría bien perdiendo en ese Congreso -al que por cierto, ha de presentarse, porque millones de votos le han aceptado para que siga, en definitiva- frente a sus desconocidos contrincantes. La justificación es el enorme repertorio de cagadas que ha arrastrado desde su derrota electoral, empezando por el debate de investidura, en el que Rosa Díez le puso de vuelta y media, como a él le gusta decir de los nacionalistas, y terminando por ese primer gran debate polémico de ámbito nacional que es el trasvase -para los socialistas, cese temporal de agua- del río Ebro.

O sea, que dos presidentes tan modositos como han sido Camps y Valcárcel hasta ahora han formado el duo levantino en virtud del cual pretenden con una mano favorecer la contradicción de denunciar el trasvase -hipócrita, cierto es- de Zapatero al tiempo que felicitan a Espinosa por la rectificación, y con la otra impedir que la presidenta regional de Madrid opte a ese Congreso supuestamente democrático, en el que ''todo el mundo cabe'', en palabras de Mariano.

Fue el pasado miércoles cuando Camps, buenamente denunciaba el que Espinosa y Montilla se reunieran el día siguiente a tomar ésta el cargo de ministra de Medio Ambiente para tratar de firmar el inminente trasvase del Ebro, cuyo eufemismo ya conocemos. Al mismo tiempo, la COPE sacaba unos totales de Zapatero en Zaragoza anunciando, como en respuesta a Rajoy (que se pasó por allí días antes) que no habría trasvase del Ebro. Pocos días tardaba Camps en volver al ruedo para felicitar a Elena Espinosa por su rectificación, y aprovechar para que reanudara el trasvase a Valencia. Fue como arrepentirse de la crítica y dar un giro estratégico, como tratando de herir a un Gobierno en clarividente contradicción, en vez de dar un pelotazo definitivo para satisfacer a valencianos y murcianos, quienes lo que quieren en definitiva y con el voto mayoritario al PP, es agua.

El colmo fue cuando la ministra reincidió asegurando que no habría trasvase, siguiendo el guión de De la Vega, que no iba a permitir que ni una sola gota saliera del río Ebro. Vamos, más de lo mismo que el Archivo de Salamanca del reciente finiquitado Jesús Caldera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Falote quien es la morena de la foto, con quien viniste a la feria y es más te has hechado novia??

Falete dijo...

jaja la que vino a la feria es mas wapa aun que la de la foto... (L)

Pero no, es Ana Pastor, directora de 59''

Anónimo dijo...

que es 59

Falete dijo...

59'' = 59 segundos